Protagonista del revuelo generado en las redes sociales, a través de sus fotografías de la Sierra de Perijá envuelta en llamas, lo que acaparó la atención de miles de personas, dentro y fuera del país, entre ellos la modelo zuliana Patricia Velásquez.
El fraile Nelson Sandoval de la
misión del Tukuko, enclavada en la comunidad yucpa de la Sierra de Perijá, es
más que un misionero capuchino al
servicio de los más necesitados. Es un apasionado de la fotografía y ha logrado
capturar lo más hermoso de este paraíso escondido para el resto de los
zulianos.
Nelson Enrique Sandoval Zambrano es un hombre de cabello gris y rizado. A simple vista podría parecer europeo, pero es oriundo de Machiques. Él pertenece a la Orden de Frailes Menores Capuchinos, lo que hace de él un hombre que sirve a Dios, además es el protagonista del revuelo generado en las redes sociales, a través de sus fotografías de la Sierra de Perijá envuelta en llamas, lo que acaparó la atención de miles de personas, dentro y fuera del país, entre ellos la modelo zuliana Patricia Velásquez.
Nelson Enrique Sandoval Zambrano es un hombre de cabello gris y rizado. A simple vista podría parecer europeo, pero es oriundo de Machiques. Él pertenece a la Orden de Frailes Menores Capuchinos, lo que hace de él un hombre que sirve a Dios, además es el protagonista del revuelo generado en las redes sociales, a través de sus fotografías de la Sierra de Perijá envuelta en llamas, lo que acaparó la atención de miles de personas, dentro y fuera del país, entre ellos la modelo zuliana Patricia Velásquez.
“La fotografía y las redes
sociales son dos piezas que encajan perfectamente en la tarea que emprendí:
Evangelizar y dar a conocer el mundo indígena, donde me desenvuelvo como
cristiano consagrado y como pastor”, explicó Sandoval. PANORAMA conversó con el
misionero acerca de su vida y sus aspiraciones como religioso y fotógrafo
aficionado. Esta es su historia.
Nelson tuvo una vida normal como la de cualquier niño de pueblo. Tiene dos hermanas, una ya partió de este mundo. Creció disfrutando la sabiduría y las historias familiares que sus abuelos le contaban. Nació y se crió en San José de Perijá, “un gran pueblo” como lo cataloga. De adolescente hizo vida eclesial en el grupo Juventud Franciscana (Jufra). Allí buscó vivir la fe semejante al ejemplo de San Francisco de Asís. Su vocación despertó con la llegada de fray Emiliano de Cantalapiedra a su pueblo, uno de los fundadores del centro misional Los Ángeles del Tukuko. Emiliano contaba anécdotas misioneras que entraron por el oído y llegaron al corazón del joven Nelson. Un día dijo: “Yo quiero ser como ellos”. Así comenzó su vida al servicio de la iglesia Católica.
“Estudié filosofía y teología en
el Instituto de Teología para Religiosos, hoy Facultad de Teología de la
Universidad Católica Andrés Bello, en Caracas. Luego de la formación inicial,
fui enviado al Tukuko, desde 1999 hasta el 2002 acompañando en el trabajo del
internado y la pastoral. Me ordené sacerdote el 05 de agosto de 2000 en mi
pueblo. Desde el 2 de febrero de 2008 me encuentro en la misión del Tukuko”,
resumió.
Actualmente, es el director de la casa hogar
‘fray Romualdo de Renedo’, que atiende a niños indígenas de la Sierra de Perijá
ofreciéndoles casa, alimentación, vestido, medicina y materiales didácticos
para su educación. Además, es el párroco de la misión que atiende pastoralmente
el centro misional Los Ángeles del Tukuko, y todas las comunidades yukpa.
Nelson comenzó su recorrido por
el mundo de la fotografía desde pequeño. Cuando joven vio una publicación que
fray Pacífico de Pobladura hizo sobre las misiones en Venezuela llamada Héroes.
“Ese libro tenía muchas imágenes que me entusiasmaban porque retrataba a
frailes vestidos de hábito, sandalias y con la barba tradicional. Tiempo
después, una prima estudiaba comunicación social y me buscó para ser su
asistente. Así supe que quería aprender más. También, un amigo fotógrafo, el
señor Vespasiano Herrera, que tenía un foto estudio en Caracas me apoyó en este
arte”, expresó Sandoval.
Él reconoce la fotografía como un documento histórico. Hace más de cinco décadas, los misioneros capuchinos llegaron a tierras perijaneras procedentes de España con el evangelio en una mano y en la otra, una cámara fotográfica. Hoy en día, hay retratos conservados de comunidades indígenas gracias a los misioneros.
A principios de año, en la Sierra
de Perijá, en el Tukuko, se suscitó un incendio de gran magnitud que causó
estragos en la población y los cultivos. Sin
pensarlo dos veces, Nelson usó dos herramientas a la mano: la fotografía
y las redes sociales. A través de su cuenta de Instagram @fray_nelson difundió
las impactantes imágenes que tomó durante las noches que se ‘prendía’ fuego la
sierra. “Sucedió lo que esperaba. Esta acción generó una cadena de solidaridad.
Observé que muchas personas compartieron mis publicaciones, incluso, la modelo
Patricia Velásquez, y la directora de cine Fina Torres,quienes se pronunciaron
en torno al incidente. Agradezco a todos los que se hicieron eco de mis
denuncias”.
Después de estos eventos, Sandoval sabe más
que nunca que tiene un norte, un objetivo definido. Su deseo es “propagar la
evangelización porque soy un religioso y un sacerdote. Los venezolanos
consideramos a los indígenas como proyectos de seres humanos. Nuestro país está
en deuda con los pueblos indígenas. Hemos juzgado desde nuestra ignorancia, sin
conocer el mundo de ellos y, por lo tanto, hacemos juicios de valor utilizando
parámetros de nuestra realidad social y cultural para analizar la cultura yukpa
o cualquier otra realidad cultural diferente a la nuestra, el producto de ese
juicio resulta falso de toda falsedad. Por eso, la mayoría de mis fotos
publicadas en mis cuentas de Instagran y Facebook es sobre la cultura yukpa y
algo sobre la barí. También me interesa mucho mostrarle al mundo el trabajo de
la iglesia.
Es necesario que sepan que la
iglesia está presente en estos mundos tratando de dar respuesta a las
situaciones de las comunidades indígenas, con aciertos y errores porque somos
seres humanos, pero por sobre todas las cosas, con un gran amor hacia ellos y
con mucha ganas de acompañarlos en la fe y en sus procesos históricos. La
iglesia es aliada de los pueblos indígenas en Venezuela, nosotros vinimos a
vivir con ellos, nos quedamos y seguiremos siempre acompañando a estos hermanos
indígenas en el caminar por la fe”, dijo con orgullo.