Parientes denunciaron que el homicida lo planificó: "Le dijo que sacaría una muda de ropa y luego buscaría donde dormir. Ella le creyó y la mató".
Muy borracho, José Luis Varela
(35) le pidió a su mujer que le abriera la puerta. Verena Isabel Lara Dávila,
abogada de 36 años, se negó. Entre ruego y ruego la convenció, apenas logró
entrar la roció con gasolina y abrazados le prendió fuego.
La familia Lara contó que la
jurista agonizó 19 días en el Hospital Universitario. Ayer en la madrugada
falleció. Los vecinos del sector Simón Bolívar, en Machiques, les contaron que
encontraron a Lara en el piso, daba vueltas sobre sí misma para apagar las llamas.
La auxiliaron, pero ya tenía quemaduras de tercer grado en el 70 por ciento de
su cuerpo.
Denunciaron que Varela, con quien
la abogada compartía desde hacía tres años, planificó muy bien el asesinato
mientras la convencía. "Le dijo que sacaría una muda de ropa y luego
buscaría donde dormir. Ella le creyó y la mató".
A la 1.00 de la mañana, Verena
decidió abrirle a su homicida, entró de prisa y directo a un cuarto donde
guardaba envases con gasolina para su moto. Según los familiares, José Luis la
tomó con el brazo que le quedaba libre, abrazó a su esposa por la espalda y la
bañó con el líquido inflamable. En el forcejeo se salpicó de combustible. Con
un encendedor inició las llamas y el fuego lo alcanzó.
La hija de ocho años, que se
encontraba en la casa, al escuchar los gritos de su madre corrió a la casa más
cercana a pedir ayuda. Fue la única testigo y delató al agresor.
La comunidad trasladó a la herida
al Hospital Nuestra Señora del Carmen. Por la gravedad de sus heridas la
remitieron al Hospital Coromoto, al llegar los galenos alegaron no tener cupo
para recibirla. Finalmente, terminó en la emergencia del Universitario.
Presentó quemaduras de tercer grado en el 70 por ciento de su cuerpo.
Una prima dijo, en la morgue
forense, que el área más afectada fue la espalda, por eso a los 10 días
tuvieron que intervenirla quirúrgicamente. “Luego de salir del quirófano
empeoró”. Presuntamente durante la operación adquirió algún tipo de infección y
por su estado crítico su organismo no soportó y falleció la noche del jueves.
Lo insólito
José Luis Varela pensó que su esposa moriría al instante. Al huir de su casa, luego de prender en fuego a su esposa, se dirigió al comando de Policía y alegó que “ella era quien lo había intentado quemar”. Lo trasladaron también al Hospital Universitario. Presentó heridas en 27 por ciento de su cuerpo. Se encuentra fuera de peligro.
La Policía científica al tener
conocimiento del caso, se entrevistó con los familiares y recogieron la
información que el homicida había dado a la Policía de Machiques. Los parientes
de la víctima exigieron justicia. “Él está bien y nuestra prima muerta”.
Vía: La Verdad