La devoción a la Virgen del Rosario, está ligada al fundador Don Juan de Chourio e Iturbide, según consta en documentos coloniales y ha acompañado al pueblo Villarosarense a lo largo de su historia
La devoción a la Virgen del Rosario se remonta en Perijá al proceso de fundación del primer poblado en la región.
Don Juan de Chourio e Iturbide fue el encargado de dar nombre y sentido religioso al incipiente poblado que fundó a partir de 1.722.
Cuenta el Padre Marcelino Laurenz en su libro “La Villa de Nuestra Señora del Rosario de Perijá, su nombre, su iglesia” que fue el fundador quien le dio nombre a la población y su sentido religioso al consagrarla a la protección de la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora del Rosario.
El Rey Felipe V, firma la real cédula que autoriza la fundación de “una Villa de cien vecinos en los valles de Perijá”, pero como cosa poco usual en la época, en el documento no le asigna nombre al nuevo poblado.
Como consecuencia de ésta omisión en diversos documentos sucesivos se encuentra como referencia a la pacificación y fundación de La Villa, expresiones como: “una Villa en Perijá”, “una Villa en las tierras de Perijá.”
El 24 de marzo de 1.724 el Obispo de Caracas don Juan Joseph Escalona y Calatayud, escribe a don Juan de Chourio una carta en la cual acepta y refrenda el nombramiento del Padre Don Tomas Bracho de la Barreda como primer sacerdote para el poblado.
“Dando comienzo el documento de esta manera: Don Juan de Chourio cavo principal de la pacificación de las tierras de Perijá y fundador de la Villa de Nuestra Señora del Rosario por S.M.”
Sin embargo es el propio fundador quien deja asentado el nombre definitivo en una reseña redactada por él en fecha 6 de noviembre de 1.728 que reza: “año de 1.728. Testimonio de los autos obrados en la Villa de Nuestra Señora del Rosario de Perijá, juez el Sr. Cavo Principal don Juan de Chourio, escribano Juan Joseph de Mora.”
Hay constancia que la primera edificación que se construye en La Villa es su iglesia y alrededor de ésta se consolida el poblado.
Desde los primeros días, el fundador sostiene los gastos del templo y además pide que todas las noches se rece el rosario en procesión alrededor de la plaza.
Y así lo confirma el sacerdote don Ignacio Moreno en un informe enviado al Rey en Octubre de 1.737 donde expresa que Chourio tiene a sus expensas los gastos de la iglesia y encarga que se rece el rosario, “encargándolo continuamente dicho cavo principal no se desista de tan admirable devoción y que se le pida todo cuanto sea necesario a fin de que continúe.”
El cuadro de La Virgen
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| El Cuadro de La Virgen testigo de la fe y devoción del pueblo Rosarense |
Muchos de los primeros ornamentos e imágenes que trajo el fundador para la iglesia, se perdieron en el tiempo y sobre todo tras el lamentable suceso de la quema de La Villa.
Tras la mudanza del poblado y construcción del templo actual, don Juan de Chourio trajo varias reliquias entre las que se registran: “Nuestra Señora del Rosario de bulto hecha en México, con su panada dorada y sus andas en que sale a procesiones” y “un cuadro grande de San Juan Bautista de pinzel que trajo de España el Sr. Cavo Principal por ser el Santo de su nombre”.
De esos primeros ornamentos si sobrevive como testigo de fe y devoción, el cuadro de La Virgen descrito por Don Antonio Nicolás de Andrade cura de La Villa para el 23 de maro de 1.748. “Una imagen linda y hermosa de Nuestra Señora del Rosario de pinzel que trajo de España el Sr. cavo principal Juan e Chourio, patrona de esta Villa y como tal está colocada en su Altar Mayor en su trono con su marco.”
Sobre ésta reliquia expresa el Padre Marcelino lo siguiente. “si podemos contemplar el cuadro hecho a pincel. De la Virgen del Rosario, que a través de nuevos inventarios veremos que es el que está expuesto en la pared lateral izquierda de la iglesia, pero no muy auténticamente repristinado. Pero no deja de ser para nosotros una verdadera joya”.
Por muchos años el cuadro permaneció colgado en la parte superior de la nave principal, donde el tiempo y el clima lo fueron deteriorando, causándole daños severos.
En 1.995 se determinó que dado el carácter de reliquia que lo revestía, se debía repristinar y colocarlo en un lugar más accesible.
El escultor y pintor de Maracaibo Johnny Jesús Gutiérrez fue el encargado de realizar la restauración, dejándolo con su apariencia actual. Aunque la obra perdió mucho de su aspecto original, es de reconocer que debido al deterioro que presentaba, difícilmente se podría haber hecho un trabajo mejor.
El cuadro de La Virgen, es testigo vivencial de la historia y devoción del pueblo Rosarense, como lo expresa el Padre Marcelino.
“Allí la tenemos como Madre Espiritual que guarda las confidencias de cariño y las fervientes súplicas de los primeros pobladores de nuestra Villa, a las que se unen las nuestras, pues todas tienen lugar en el corazón materno de Nuestra Patrona.”
Richard Quintero Morán/Perijaneros.com
