No permitir la delincuencia, “sean negros, o de ojos azules o indígenas, tienen que ir presos cuando cometen un delito, porque hay una total anarquía que se ha ideo pronunciando cada vez más”. Asegura que por eso, cada vez habrá menos comida.
Alfonso “Toto” Márquez, alcalde del municipio Machiques de Perijá
denuncia que la anarquía que impera en
el sector agropecuario, junto a la impunidad y expropiación de
industrias, atenta contra la producción de alimentos, que cada día son menos.
“La semana pasada se robaron 247 reses en la finca del productor Emiro Romero del sector El Yaza, más de 200 cabezas de ganado y agarraron 40 en el sector Toromo, y un grupo de indígenas bandidos se negaron a devolverlas alegando que se las iban a comer”, denunció.
El también productor
agropecuario, ha venido manifestando el robo masivo de ganado que se está dando en toda la zona
fronteriza perijanera. Cita el caso similar ocurrido en el predio La Estrella,
del municipio Rosario de Perijá, donde la semana pasada sacaron 33 reses y las
llevaron a un matadero local.
Asegura que: “Todas estas cosas suceden en un país donde impera la anarquía. El gobierno no puede estar apoyando grupos delincuenciales como estos yucpas de algunas zonas de la Sierra, que tengo que decir que no son todos, porque algunos están opuestos a esto, pero en el caso específico de Río Yaza demuestra que el gobierno no entiende o no quiere entender que todo esto contribuye al desabastecimiento de alimentos en todo el país”.
Con mucha preocupación por la
indiferencia del Gobierno nacional ante esta gran crisis, que se acentúa en esta
zona, “Toto” Márquez dice que hay que apoyar el productor. No permitir la
delincuencia, “sean negros, o de ojos azules o indígenas, tienen que ir presos
cuando cometen un delito, porque hay una total anarquía que se ha ideo
pronunciando cada vez más”. Asegura que
por eso, cada vez habrá menos comida.
El burgomaestre considera que la
política de expropiaciones aplicadas en el sector privado ha intensificado la
crisis. Perijá no escapa a esto. Pone como ejemplo nacional la expropiación del
63 por ciento de los centrales azucareros que los acabaron, junto con las empresas lácteas y
los frigoríficos.
Muestra el caso de Fricapeca: Once años cerrados sin matar una res. “Hay 114 trabajadores que cobran por el ministerio, juegan dominó en la mata de mango que está a la entrada y de allí se van a sus casas. Lácteos Los Andes recibe menos de diez mil litros de leche diarios que comparados con el millón de litros que procesaba Indulac, no es nada”.
Gastón Fernández/Perijaneros.com