El Cicpc no quiere entregarles el cuerpo, donde perecieron 5 personas más, porque no tienen la seguridad de que sea él.
La familia de Ludy Antonio Paz, de 51 años, esperará tres meses para sepultar a su pariente luego de que se carbonizara, el 16 de mayo, durante un accidente de tránsito en el kilómetro 63 de la carretera La Villa de Perijá. Chocó la gandola, perteneciente a Transporte Cheíto, que conducía contra una camioneta. En el siniestro hubo otros cinco muertos.
"Era el único que viajaba en la gandola, tiene que ser él", aseguró Renzo Paz, hermano del occiso. Denunció que la Policía científica no quiere entregarles el cuerpo, porque no tienen la seguridad de que sea él, el fuego acabo con sus huesos, no le quedaron ni los dientes.
Los parientes de la víctima se reunieron ayer en la morgue forense. Un funcionario los llamó para informarles que los restos del gandolero los sepultarían en el cementerio metropolitano San Sebastián hasta tanto no se corrobore su identidad.
Los Paz rechazaron la decisión, quieren sepultarlo según sus costumbres indígenas en un cementerio familia en la Guajira. "Se trata de él porque después de producirse el accidente le retiramos una de cadena de oro y otros objetos de valor para que no los robaran", repetían insistentes los dolientes.
Algunos amigos de la familia Paz manifestaron que el dueño de la empresa de Transporte Cheíto cumplió con su palabra, asumió los gastos del papeleo y se comprometió a colaborar económicamente con el velatorio y el entierro.
Vía: La Veradad