El acto fue presidido por Monseñor Ernesto Romero, vicario apostólico de Tucupita, nativo de Machiques
Tres jóvenes, entre ellos, dos perijaneros, han sido ordenados como diáconos de la Orden de los Hermanos Capuchinos, en la Iglesia La Chiquinquirá de Caracas, en un acto presidido por Monseñor Ernesto Romero, vicario apostólico de Tucupita y machiquense de nacimiento.
Los perijaneros son, Eduardo Enrique Parra Maldonado, oriundo de San José de Perijá y Ricardo Ernesto Cuello Pérez, de La Villa del Rosario, quienes junto al tucupitense Javier Ernesto Calderón (quien realizó apostolado en Machiques), recibieron la Orden Diaconal este sábado 17 de septiembre a las 10 de la mañana.
A continuación, presentamos aspectos
de la semblanza de cada uno de ellos, con
información de la profesora machiquense Mayela Márquez, en el grupo de whatsapp
Preservando el Patrimonio.
En San José de Perijá, 23 de
septiembre de 1988, en el hogar formado
por Nerio Enrique Parra y Osleida del Carmen Maldonado de Parra, nace su
segundo hijo: 𝐸𝐷𝑈𝐴𝑅𝐷𝑂
𝐸𝑁𝑅𝐼𝑄𝑈𝐸
𝑃𝐴𝑅𝑅𝐴
𝑀𝐴𝐿𝐷𝑂𝑁𝐴𝐷𝑂.
Desde niño fue buen estudiante,
siempre ávido de nuevos conocimientos. En el año 2011 se gradua, en La
Universidad del Zulia, de Licenciado en Educación, mención Ciencias Sociales.
Regresa a su pueblo natal y comparte la docencia en la U. E. Padre Félix María de Vegamián, con sus actividades dentro de la Juventud Franciscana (JUFRA), donde siente el llamado vocacional. Luego de dos años, inicia su formación en la Orden Hermanos Menores Capuchinos. Hace su postulantado, en Santa Elena de Uairén, de manos de los hermanos Alfonso Mora y Mario Salgueiro.
En 2014, Eduardo Enrique, inicia
el "Año de Gracia" del Noviciado en Tabio, Colombia; animado por los
hermanos Richard Mora, Próspero Arciniegas y Germán Arteaga, este tiempo es
dedicado a la oración y a la profundización del carisma franciscano-capuchino.
El 18 de julio de 2015, en la
Iglesia Chiquinquirá en Caracas, emite sus primeros votos religiosos de manos
de Fray Ramón Morillo. Mas tarde hace sus estudios de Filosofía y Teología en
el Instituto de Teología para Religiosos (ITER); y en la UCAB. Actualmente,
como parte su formación, está de "año carismático" en la Fraternidad
de Santa Elena de Uairén”.
Villarosarense
En La Villa de Rosario, Perijá, el 24
de mayo de 1993, día de Nuestra Señora María Auxiliadora, en el hogar formado
por Ricardo Javier Cuello y María Elena Pérez de Cuello, nace 𝑅𝐼𝐶𝐴𝑅𝐷𝑂
𝐸𝑅𝑁𝐸𝑆𝑇𝑂
𝐶𝑈𝐸𝐿𝐿𝑂
𝑃É𝑅𝐸𝑍.
Estudió en el Colegio (Avec)
Jesús de la Misericordia, donde, recibió una sólida educación católica y vivió
profundas experiencias junto a las Hermanas, y a los sacerdotes que visitaban
el colegio; sentía una gran cercanía con Jesús en la Eucaristía y allí
descubrió su vocación a la vida consagrada. El adolescente de entonces, Ricardo
Ernesto, mantenía vida activa y sacramental, a plenitud, en la parroquia
Nuestra Señora del Rosario.
Es admirador de San Francisco de
Asís. A los 15 años de edad, después de investigar más sobre San Francisco y su
vida de fraternidad y pobreza, decidió irse a Machiques, y en la Misión de Los
Ángeles del Tukuko, donde a través de los frailes menores capuchinos, y, según
sus palabras, quedó fascinado por el "carisma capuchino".
Después de convivir un año dentro de la fraternidad del Tukuko, fue admitido en el año 2010, a los 17 años de edad, a iniciar su formación en la en la fraternidad de Santa Elena de Uairén, en la Gran Sabana. En el año 2012 fue trasladado al convento de La Merced, en Caracas, a recibir estudios filosóficos y a iniciar su preparación para vivir la etapa del Noviciado.
El 18 de julio de 2015, año de la
vida religiosa, Ricardo Ernesto hace su primera profesión como fraile menor
capuchino; empieza su etapa de posnoviciado, que ha vivido con alegría mientras
continuaba con sus estudios. En el año 2018 es enviado a Santa Elena de Uairén a
vivir el año carismático; y en el año 2019 es transferido a la fraternidad de
La Merced para terminar su posnoviciado y sus estudios de Filosofía y Teología,
en el Instituto de Teología para Religiosos (ITER), y en la UCAB.
𝐶𝑎𝑝𝑢𝑐ℎ𝑖𝑛𝑜
𝑡𝑢𝑐𝑢𝑝𝑖𝑡𝑒𝑛𝑠𝑒
Javier
Ernesto Calderón, es el tercer joven, nativo de Tucupita el 27 de enero
de 1989, en el hogar de Oscar Calderón y Yumaira Guanaguanel de Calderón.
Siempre activo dentro del
catolicismo, comienza a gestar su vocación en el servicio de grupos como:
catequesis, cursillos de cristiandad, ministerio de música, jóvenes soldados de
Cristo, etc; todo esto la parroquia San Diego Alcalá y Candelaria, en San
Diego, estado Carabobo. En esta misma ciudad hace sus estudios de Psicología
Clínica, graduándose en el año 2012.
En Perijá
En semana santa de 2011, en la
Sierra de Perijá, Javier Ernesto, inicia
el proceso de aspirantado en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos. Esta
vivencia marcó completamente su vida y transforma su corazón, decidiendo que
"eso que le ha mostrado Dios" como estilo de vida, es lo que quiere
asumir.
Inicia el postulantado en octubre
de 2012; vive el año de gracia, en 2014, junto a su maestro fray Próspero
Arciniegas, y a los frailes Richard Mora y Germán Arteaga. De manos de Fray
Ramón Morillo, hace su primera profesión, en Caracas, el 18 de julio de 2015. Y
comienza la etapa de posnoviciado, teniendo como maestro a Fray Mario
Salgueiro.
En ese año inicia los estudios de Teología y Filosofía en el ITER. En 2019 hace su año carismático, asignado por la obediencia a la parroquia Sagrada Familia, en Machiques.
Una de las características resultante de Fray Javier, es su pasión y amor a la juventud y su disposición al servicio de la Orden. Forma parte del equipo de pastoral vocacional, y desde 2018 es designado como su encargado, y asistente nacional de la Juventud Franciscana de Venezuela, de los Jóvenes de San Pío.
Texto y fotos: Cortesía Mayela Márquez